¿Puedo tomar el sol si tomo medicación para EII? Te explicamos cómo hacerlo para evitar reacciones de fotosensibilidad
Se acerca el verano y con ello empieza la temporada de alta exposición solar, por lo que muchas personas, como nuestros pacientes, se preguntan «¿puedo tomar el sol si tomo medicación para EII?».
En este artículo hablamos de la compatibilidad de tomar el sol bajo un tratamiento para la Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Si bien es cierto que toda la población debe aplicar ciertas medidas de prevención de daño por la exposición al sol, en aquellas personas que se encuentran bajo tratamiento farmacológico se deben tener en cuenta las características de estos medicamentos.
Algunos de ellos son fotosensiblizantes, lo que significa que pueden producir reacciones de fotosensiblidad en quien los toma. Esto quiere decir que pueden ocasionar respuestas cutáneas anormales producidas por la interacción entre un agente químico fotosensibilizante, como algunos fármacos, y la radiación ultravioleta (UV) del sol.
Medicamentos fotosensiblizantes
Existen muchos fármacos de uso común que pueden provocar este tipo de reacciones. El Consejo de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) proporciona un listado de medicamentos fotosensibilizantes, aunque se debe tener en cuenta que esta lista está en continua revisión y actualización. Una manera de saber si nuestros medicamentos son fotosensibilizantes también es buscar en el envase un símbolo que alerte de de ello.
Respecto a la medicación que solemos prescribir desde la consulta, hay que prestar especial atención al sol si se está tomando IMUREL(Azatioprina).
Cómo prevenir aparición de reacciones de fotosensibilidad
Hasta un 60-75% de los pacientes con Enfermedad de Crohn y hasta un 55% de los pacientes con Colitis Ulcerosa presentan un déficit de vitamina D. Una vitamina cuya mayor parte proviene de la producción a partir de la radiación ultravioleta recibida por el sol.
Si bien es cierto que por la alta frecuencia de tratamientos inmunosupresores a lo largo de la evolución de la EII, se debe evitar una exposición excesiva a la radiación ultravioleta en “todos” los pacientes con estas enfermedades, es necesario conseguir los niveles apropiados de vitamina D. El objetivo, por tanto, es conseguirlos sin asociar los efectos nocivos de la radiación ultravioleta.
Desde G-EducaInflamatoria, la plataforma educativa en EII de GETECCU, se establece una serie de medidas de prevención solar que los pacientes deben aplicar para poder tomar el sol:
Evitar exposición la exposición al sol entre las 12:00 y las 16:00, horas de máxima radiación ultravioleta.
Usar prendas de vestir como camisetas, gorros y gafas para protegerse del sol.
Evitar las cabinas de bronceado.
Aplicar correctamente cremas con factor de protección solar muy alto, entre 30 y 50; y que contengan filtros para rayos UVA y UVB.
Para que los protectores sean efectivos debes seguir las siguientes pautas:
Usa la cantidad suficiente cubriendo toda la superficie corporal. No olvides zonas como orejas o el cuerlo cabelludo en el caso de los niños pequeños.
Aplica los productos siempre con la piel seca. Si la piel está mojada, las gotas funcionan como una lupa y aumentan el riesgo de que se produzcan quemaduras.
Realiza la primera aplicación al menos 30 minutos antes de exponerse al sol.
Durante la exposición solar reponga el fotoprotector después de cada baño prolongado (más de 20 minutos) o cada dos horas.
Emplea fotoprotectores resistentes al agua y repóngalos después de cada baño superior a los 20 minutos
Te presentamos algunas claves de nutrición en EII para favorecer una dieta saludable y adecuada
Son muchas las ocasiones, en la que los pacientes en la Consulta de Enfermería de EII plantean sus dudas referentes a temas de alimentación y nutrición en EII. Esta preocupación, que en la sociedad actual está tan presente como expresión de salud, en nuestros pacientes aumenta, ya que la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) como sabemos afecta al tubo digestivo; y por tanto estos pacientes pueden tener carencias nutricionales importantes, pudiendo desembocar en situaciones de malnutrición.
Estas carencias pueden surgir en todas las fases de la enfermedad: en el debut, ante un momento de brote, en periodos de remisión; así como en situaciones especiales como el embarazo y periodos pre y postquirúgicos. Esta característica, que por desgracia es frecuente en la EII, contribuye al incremento de la morbilidad.
Las herramientas con las que contamos para prevenir este tipo de carencias son controles analíticos metabólicos y junto a una correcta evaluación nutricional, por parte de los especialistas. Éstos tratarán de evitar que estas situación de déficit se produzca, o si lo hace corregirla lo antes posible. Las consecuencias que podemos observar ante este déficit o carencia de nutrientes serían, entre otras:
Pérdida de peso
Anemia
Enfermedad metabolismo óseo
Aumento del riesgo quirúrgico
Retraso del crecimiento y desarrollo en el caso de los niños y los adolescentes
Una dieta equilibrada y variada favorece el bienestar y previene los déficits. En la práctica diaria podemos concluir que solo se retirarán los alimentos que aumenten los síntomas o aquellos que empeoren la mucosa intestinal. La dieta en la EII, al igual que en el resto de población, debe ser lo más equilibrada, variada y sana posible
Cada persona deberá valorar, con ayuda de los profesionales, los alimentos que en ese momento del curso de su enfermedad le sienten mejor. Lo recomendable, en la medida de lo posible, es disfrutar de la comida, mejorando el sabor, la presentación de los platos y los hábitos de vida saludables.
La mejor información para saber las pautas adecuadas para cada situación concreta en el estado de la enfermedad se puede obtener de G-Educainflamatoria. En su web puedes encontrar todas las fichas y la infografía necesarias para todas las situaciones posibles:
Haciendo clic en este enlace, se pueden descargar las recomendaciones para situaciones de brote, de remisión, postquirúrgicas, etc. Esperamos que sea del interés de nuestros pacientes.
Otro recurso interesante sobre este tema es la Guía de Alimentación en EII, sobre la cual te contamos más en este otro artículo.
Una de las dudas más frecuentes cuando se padece una enfermedad inflamatoria intestinal es la relacionada con las dietas o alimentos que se pueden tomar, por eso en este artículo intentaremos ofrecer información a modo de guía de alimentación en EII.
En primer lugar, compartimos esta guía de nutrición titulada ‘Y ahora, ¿qué puedo comer?‘, elaborada por Deva Camino Monteserín, asesorada por un Comité de expertos en Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) y la Confederación ACCU Crohn y Colitis Ulcerosa. Un amplio documento dividido en varios capítulos que explica en detalle conceptos nutricionales básicos, qué alimentos tomar cuando la persona está padeciendo un brote de la enfermedad, cuáles ingerir de manera regular, etcétera. Se puede acceder a ella en pdf en este enlace.
Otra fuente donde encontrar información sobre la nutrición en EII es la web de G-Educainflamatoria. En ella se pueden encontrar recursos para conocer el estado nutricional, analizar y mejorar la dieta, saber qué alimentos se pueden comer durante un brote, qué comer después de una operación… ¡Y mucho más!
También se puede acceder a una sección dedicada a mitos y realidades sobre este tema, o fichas e infografías que resumen de manera visual los alimentos recomendados en cada caso. Toda esta información es elaborada por profesionales especializados en EII y nutrición.
Tan importante es la dieta que en estos momentos hay ensayos clínicos en marcha para valorar su papel terapéutico en la EII
El número de personas diagnosticadas de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) sigue aumentando en la mayor parte del mundo. Aunque la etiología exacta de esta enfermedad intestinal crónica no se conoce del todo, los factores nutricionales parecen desempeñar un papel clave. Además, las personas con EII corren un mayor riesgo de sufrir efectos nutricionales adversos, como carencias de micronutrientes.
Investigaciones recientes
Una revisión reciente retende resumir los actuales informes centrados en los factores nutricionales relevantes para el desarrollo de la EII y también revisar los datos sobre las deficiencias nutricionales observadas en individuos con EII. El texto completo de este estudio se puede consultar en este enlace.
La colitis ulcerosa (CU) es una enfermedad intestinal inflamatoria crónica caracterizada por la inflamación y ulceración del colon y el recto. La dieta es una parte importante del tratamiento de la CU porque puede agravar o aliviar los síntomas junto con el tratamiento farmacológico.
En un artículo muy reciente se realizó una búsqueda bibliográfica exhaustiva en múltiples bases de datos y motores de búsqueda utilizando palabras clave específicas relacionadas con la CU y la dieta. La búsqueda dio como resultado un gran número de artículos, que luego se redujeron centrándose en ensayos clínicos y ensayos controlados aleatorios publicados entre 2010 y 2023.
Según la investigación, ciertas intervenciones dietéticas, como la dieta baja en FODMAP, la dieta mediterránea y la dieta antiinflamatoria, parecen mejorar los síntomas y la calidad de vida en general. Las intervenciones dietéticas pueden ayudar en el tratamiento de la CU. El objetivo debe ser proporcionar a los pacientes intervenciones dietéticas adaptadas y otros tratamientos para mejorar su calidad de vida. Se necesita más investigación para identificar las intervenciones dietéticas más eficaces y comprender mejor cómo funcionan.
El artículo completo se puede consultar en este enlace.
Anemia y Enfermedad Inflamatoria Intestinal están estrechamente relacionadas
Anemia y Enfermedad Inflamatoria Intestinal están relacionadas, debido a que en los pacientes con EII puede producirse un aumento en la pérdida de hemoglobina y pueden verse así alterados uno o varios de los procesos que intervienen en su síntesis.
La anemia consiste en el descenso de la concentración de hemoglobina en la sangre. La hemoglobina es una proteína incluida en los glóbulos rojos de la sangre, cuya función es transportar el oxígeno desde los pulmones a los tejidos.
Aunque los estudios muestran datos variables, la frecuencia de la anemia en EII ronda en torno al 50% según el tipo de paciente, siendo más frecuente en la enfermedad de Crohn, sobre todo si está activa.
La anemia no debe confundirse con la ferropenia. Esta última se acepta cuando las cifras de ferrita (depósitos de hierro del organismo) están disminuidas.
En la web G-Educainflamatorial, la plataforma educativa en EII de GETECCU, puede encontrarse más información sobre las causas del desarrollo de anemia en la EII, sus síntomas o su tratamiento, así como las situaciones en las que se debe tratar la ferropenia sin anemia.
Actualmente son muchos los estudios que tratan tanto la anemia como la ferropenia. Nuestro equipo tiene experiencia en la investigación de ferropenia tratada co hierro sucrosomial, tema sobre el que cuenta con una publicación en PubMed, disponible en abierto en este enlace.
Para más información, existen disponibles más artículos en abierto (gratuitos) recientemente publicados e indexados en PubMed. Dejamos algunos de ellos en este enlace.
La calidad del sueño es fundamental para todas las personas, pero es necesario hacer especial mención a la relación entre hábitos de sueño saludables y EII
En este artículo nos centraremos en la importancia de la calidad del sueño y la relación entre hábitos de sueño saludables y EII. Existen diversos estudios que han establecido la mala calidad del sueño como un factor de riesgo en la evolución de la EII.
La relación entre Enfermedad Inflamatoria Intestinal y los trastornos del sueño es bidireccional, es decir, la exacerbación o brote de la EII conduce a trastornos del sueño y éstos aumentan la actividad de la Enfermedad Intestinal.
En este sentido, por tanto, un especial cuidado de la calidad del sueño puede ser un importante factor influyente en la evolución positiva de la EII y la eficacia de su tratamiento.
En este enlace se pueden encontrar algunas recomendaciones para mejorar la calidad del sueño y evitar las alteraciones, que son un problema común entre los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal y merecen especial atención clínica.
Los estudios sobre este tema han ido en aumento exponencial en el último año. Muchos de ellos están disponibles para su consulta en abierto. Para más información de interés sobre ello, en este enlace dejamos algunas recomendaciones de artículos publicados en PubMed.
Nos encontramos en otoño, y ya ha arrancado la campaña anual de vacunación de la gripe, y en este año que está resultando especial para casi todo, no podemos aislar la importancia de la vacunación antigripal en un contexto COVID-19.
Cierto es que todo el foco mediático está centrado en la búsqueda de una vacuna efectiva y segura contra el coronavirus, y aunque muy a nuestro pesar parece que en general este año sabemos más de epidemiología que nunca en la vida, que somos partícipes de cómo se divulgan en todos los medios constantemente conocimientos sobre virus, sus consecuencias y como vencerlos; es importante recordar que al menos mientras llega el momento de disponer de la ansiada vacuna, por el contrario sí disponemos de herramientas de prevención útiles que conseguimos en el pasado para vencer a otros virus y bacterias, como lo es la vacuna de la gripe.
¿Que es la gripe?
La gripe es una infección causada por el virus influenza, caracterizada por un inicio súbito de fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, y cansancio extremo. Pero además debemos ser conscientes que la gripe es un importante problema de salud por la carga de enfermedad y muertes que produce, ya que para algunas personas puede ser muy grave. Sin embargo, para la gripe existe una vacuna segura y eficaz que tiene un alto impacto en evitar complicaciones y salvar vidas. En la temporada 2019-2020 la vacunación evitó el 26% de las hospitalizaciones, el 40% de los ingresos en UCI y el 37% de las defunciones atribuibles a la gripe en las personas de 65 años de edad y mayores.
LA ENFERMEDAD
Existen tres tipos de virus de la gripe: A, B y C; los dos primeros son los causantes de la mayoría de los casos.
El virus de la gripe de tipo A presenta gran variabilidad genética y se clasifica en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus: la hemaglutinina y la neuraminidasa. Los animales, como las aves salvajes migratorias, pueden actuar como reservorio de los virus gripales de tipo A. En la actualidad circulan entre los humanos virus de los subtipos A (H1N1) y A (H3N2), y los linajes de virus B: Victoria y Yamagata.
Se trata pues de una enfermedad infecciosa respiratoria causada por un virus cuya máxima incidencia se observa en otoño e invierno
EPIDEMIOLOGÍA
En el pasado siglo ocurrieron tres pandemias de gripe, es decir, infección de gripe simultánea en diferentes países, causadas por un nuevo virus frente al que los humanos no tenían ninguna protección: en 1918, en 1957 y en 1968. La primera pandemia de gripe de este siglo la declaró la Organización Mundial de la Salud (OMS) en junio 2009 y fue causada por el virus de la gripe A (H1N1). Los virus del tipo B no tienen potencial pandémico, aunque sí epidémico.
La gripe estacional es una enfermedad contagiosa (se transmite fácilmente de una persona a otra), con un periodo de incubación de entre 1 y 3 días. La transmisión es por vía aérea, por gotas o por contacto directo con personas infectadas.
SÍNTOMAS
Los síntomas incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, y cansancio extremo. Se puede acompañar de tos seca, dolor de garganta y abundante secreción nasal. Si te pones enfermo/a de gripe, debes recordar la gripe está causada por un virus, así que los antibióticos (que son fármacos que actúan frente a las bacterias) no son eficaces. No mejoran los síntomas ni aceleran la curación. Además no están exentos de efectos secundarios, y un uso inadecuado puede hacer que las bacterias se hagan resistentes a ellos. Y en el caso de los pacientes con Eii se debe recordar que no se debe realizar una toma de éstos fármacos no indicada profesionalmente, ya que muchos podrían causar síntomas como la diarrea y/o molestias digestivas.
Cuando la gripe se produce en personas sanas, suelen recuperarse en el plazo de 1 semana y sin necesidad de atención médica. No obstante, en las personas con alto riesgo, la gripe puede presentar complicaciones como bronquitis o neumonía, que pueden requerir ingreso hospitalario e incluso llevar a la muerte. Sin embargo, en algunos casos la enfermedad puede no presentar síntomas.
Este año como bien sabéis a muchas personas les resulta inquietante y genera más ansiedad no poder saber ante síntomas similares ante que tipo de enfermdad nos encontramos y aunque la recomendación general es contactar con los servicios médicos si tenemos dudas y para una correcta valoración, aquí os dejamos unas infografias que pueden eliminar algo de la confusión que se tiene incluso a la hora de distinguir un resfriado común de un episodio de gripe.
¿Cuáles son las diferencias entre los síntomas de gripe y de COVID-19?
El nuevo coronavirus y el virus de la gripe tienen presentaciones clínicas muy parecidas. Ambos comparten vías de transmisión y causan enfermedades respiratorias, con una gran variedad de síntomas, que pueden ir desde infecciones asintomáticas o con síntomas leves, hasta enfermedades graves y muertes.
Lo que varía es la proporción de pacientes con sintomatología grave, ya que en el caso del nuevo coronavirus el 80% de las infecciones causan enfermedad leve o asintomática, el 15% causan enfermedad grave, que requieren oxígeno y hospitalización, y el 5% causan síntomas críticos, que requieren ventilación e ingreso en una UCI. Estos porcentajes de enfermedad grave parecen más elevados que los observados en el caso de la infección por virus de la gripe.
La fiebre, la tos y la pérdida de olfato/gusto son síntomas comunes en la gripe y en la COVID-19, sin embargo, la fatiga, el dolor de garganta, dolor de cabeza y dolor muscular parecen producirse con menos frecuencia en la COVID-19 que en la gripe. La dificultad respiratoria también parece ser más frecuente en la COVID-19.
Además, si una persona está vacunada de gripe, es mucho menos probable que los síntomas sean debidos a la gripe.
No obstante, deberá ser siempre un profesional sanitario quien valore los síntomas y realice el diagnóstico diferencial.
Creencias erróneas sobre la vacunación
Si me pongo la vacuna me producirá la gripe
Todos/as hemos oido la frase de «uyy te vas a vacunar pues yo que nunca la cogía me vacuné y la cogí», pero de es un mito ya que se debe saber que las vacunas inactivadas actuales no contienen virus vivos, sino que están compuestas por fracciones de virus o subunidades proteicas y por tanto no pueden causar gripe. Existe una vacuna atenuada (de virus vivos debilitados) que se encuentra autorizada en España, pero que no se comercializará durante la temporada 2019-2020. Y por tanto, los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, aunque se encuentren bajo tratamiento corticoideo, inmunosupresor y/o biológico pueden administrarse con confianza la vacuna.
Si bien, al igual que con otras vacunas, tras la vacunación pueden producirse reacciones locales o más infrecuentemente fiebre, malestar y dolores corporales. Las reacciones más comunes que tienen las personas que se vacunan frente a la gripe son considerablemente menos graves que los síntomas que causa la enfermedad real, y sobre todo, que las complicaciones que puede causar en las personas más vulnerables.
Es mejor contraer la enfermedad que vacunarse frente a la gripe
La respuesta a esta cuestión sin dudarlo es no. La gripe es una enfermedad que puede ser grave, especialmente en la población mayor y personas que padecen ciertas enfermedades crónicas. La infección por gripe puede suponer que presenten complicaciones graves, como la hospitalización o la muerte sanos. Por consiguiente, para obtener protección inmunitaria, vacunarse es una opción más segura que correr el riesgo de enfermar.
Las personas inmunodeprimidas no pueden ni deben vacunarse
Esta afirmación de nuevo es falsa, ya que sí, se recomienda la vacunación en los pacientes con inmunodepresión como aquellos con inmunodeficiencias primarias o secundarias a la administración de ciertos tratamientos, con cáncer, infectadas por el virus del VIH, trasplantadas, personas sin bazo, etc. Ver las recomendaciones de vacunación en grupos de riesgo que se encuentran disponibles en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/programasDeVacunacion/riesgo/home.htm
Si se confirman las previsiones es posible que este año veamos una reducción significativa de los casos de gripes, esto será debido a la protección que genera la vacunación en la población más suceptible pero también debido a las medidas de prevención y protección que se mantienen en la sociedad actualmente en la lucha actual contra la pandemia del coronavirus, por lo tanto no te olvides de ellas:
Taparse la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con pañuelos desechables.
Lavarse con frecuencia las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado.
Procurar no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o al limpiar las secreciones nasales.
Limitar el contacto, en la medida de lo posible, con otras personas si se tiene malestar, fiebre u otros síntomas de gripe para evitar contagiarlas.
Evitar el contacto con personas enfermas para evitar que nos contagien.
Más recursos e información sobre vacunas y EII
Esperamos que te haya resultado de interés y no te olvides que respondemos a tus preguntas en el apartado de Preguntas Frecuentes de esta web
Si te interesa ahondar más sobre la vacunación de la gripe te animamos a consultar recursos como la página de la Asociación Española de Vacunología.
No podemos acabar este artículo sin destacar uno de los recursos específicos creados por la plataforma de pacientes de GETECCU, G-Ecucainflamatoria dónde a través de varios vídeos remarcan la importancia de la vacunación para este grupo de población que por su características de cronicidad y sus tratamientos los convierte en población suceptible y subsidaria de la vacunación anual.
Enfermera de la Unidad de Enfermería Inflamatoria Intestinal del Hospital La Fe. Disfruto de mi profesión, de las relaciones personales que me ofrece. Si algo me define es que me gusta aprender cosas nuevas e intento no olvidarme de disfrutar de las cosas pequeñas cosas de la vida porque creo que en ellas está la felicidad.
Estas semanas en las que debido a la necesidad del confinamiento por el coronavirus, y tras compartir con todo/as vosotros/as aquella información relevante de ese tema que podéis encontrar en https://eiilafe.com/coronavirus-covid-19/ .
Aprovecho este momento para compartiros este reportaje tras darme cuenta de que no llegamos a compartir por aquí este bonito reportaje «El intestino un camino de 9 metros» de La Ciencia de la Salud de RTVE y en el que parte de nuestro equipo tuvo la oportunidad de colaborar. Sabemos que muchos de vosotros ya lo visteis, pero aquellos que no tuvieron oportunidad aquí os lo dejamos.
Este documental hace hincapié en la prevención del cáncer colorectal, y la necesidad de no tener miedo o reparo a la hora de consultar si se inician síntomas rectales, u otro tipo de síntomas relacionados. Como sabéis en nuestro país contamos con programa de cribado muy eficaz y que ha salvado miles de vidas, poniendo en nuestra mano una herramienta muy efectiva: LA PREVENCIÓN. Además y motivo por el que desde la Unidad de Eii participamos este documental dedicó una parte importante del mismo a dar visibilidad a las Enfermedades Inflamatorias Intestinales desde la visión del propio paciente, en este caso de la mano de Tanit Tubau y aportando esa parte médica y enfermera del trabajo de los profesionales que nos dedicamos a la atención de estos pacientes y sus familias.
Lo prometido es deuda, os dejamos este gran artículo sobre Salud bucodental y la relación con la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), y antes de arrancar desde @UnidadEIILaFe queremos agradecer la colaboración con la redacción de este artículo al odontólogo especialista Juan Francisco Peña Cardelles. Vinculado a ACCU España, donde realiza formación a los socios e interesados a través de artículos y charlas, asesorando en esta materia.
Este profesional preocupado por el bienestar bucal de los pacientes con Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa cuenta con artículos donde como en este nos explica la importancia de entender la relación de la EII con la salud bucodental, como la comunicación científica llevada a cabo en el XIV Congreso de la Sociedad Española de Medicina Oral en junio de 2017.
Los avances en los últimos años de la Medicina, han permitido conocer el hecho de que las enfermedades pueden estar relacionadas con diferentes partes del organismo. En este caso, la boca, vía de entrada a nuestro organismo, comparte importante relación en diferentes enfermedades como son la diabetes mellitus, las enfermedades cardiovasculares como el infarto agudo de miocardio, la obesidad, el parto prematuro, la artritis reumatoide, entre otras en las que debo destacar la enfermedad inflamatoria intestinal.
Si bien es cierto que la colitis ulcerosa limita su afectación al intestino grueso, y la enfermedad de Crohn puede llegar a afectar a cualquier parte del tubo digestivo, diversos estudios han demostrado la existencia de manifestaciones extraintestinales que llegan a alcanzar hasta el 47% de los casos, la gran mayoría se producen a nivel dermatológico, oftálmico y reumatológico.
Manifestaciones orales en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal
Como se indicaba anteriormente, la boca es una parte del organismo que no está exenta de dichas manifestaciones. Las manifestaciones orales se pueden presentar hasta en el 80% de los pacientes con EII, además, se debe destacar que pueden ser el primer signo de la enfermedad cuando aún no han existido los primeros síntomas a nivel del intestino, lo que supone un posible diagnóstico precoz de la enfermedad en el 10% de los pacientes con colitis ulcerosa, llegando a ser de hasta el 60% en los pacientes que debutan con enfermedad de Crohn.
La manifestación más común en los pacientes con EII es la estomatitis aftosa recidivante, conocida comúnmente como aftas. Son úlceras dolorosas que aparecen en la boca, normalmente en la cara interna del labio, en el suelo de la boca, y en la encía alejada de los dientes. Según algunos estudios, es probablemente la primera manifestación de la EII que tiene lugar fuera del intestino. Las aftas se pueden presentar cuando la enfermedad está controlada, aunque puede aumentar su aparición ante la presencia de un brote. También se puede presentar con cierta frecuencia una inflamación de los labios y de algunas zonas de la boca y de la cara, esta inflamación se conoce con el nombre de granulomatosis orofacial, y aunque no responde a ninguna causa, se ha visto presente casi hasta en el 15% de las personas con Crohn.
El brote de la enfermedad se relaciona con problemas en la boca
Existen otras lesiones que se pueden ver en la boca y que derivan mayoritariamente de la malabsorción intestinal y de los estados anémicos, que normalmente se dan con mayor frecuencia en pacientes con colitis ulcerosa. Entre estas lesiones, podemos destacar la queilitis angular, conocida coloquialmente como “boqueras”, éstas se mantienen en el tiempo semanas e incluso llegan a estar presente durante un mes, ya que se deben principalmente a estados de brotes, por lo que no desaparece hasta que el paciente se encuentra mejor a nivel digestivo.
Otras manifestaciones orales que pueden aparecer, aunque en menor frecuencia, son las lesiones en adoquín, llamadas así porque normalmente aparecen en la cara interna del carrillo y con un aspecto que recuerda a los adoquines. Esta lesión que se ve en la boca se aprecia también a nivel del colon de los pacientes con EII, llegando a ser muy molestas a la hora de la masticación de los alimentos e imposibilitando la deglución.
¿Existen más caries y periodontitis en pacientes con EII?
Los pacientes con EII tienen mayor posibilidad de presentar caries y perder dientes debido a esta entidad. Esto se debe a que la bacteria que causa la caries se encuentra en mayor concentración en los pacientes con EII, aunque se desconoce la causa de esto, se sospecha de alteraciones a nivel salival. Por otro lado, la gingivitis y periodontitis también se observa con mayor frecuencia en algunas enfermedades autoinmunes, como es la EII.
Existe relación entre los fármacos para el tratamiento de la EII y la boca
La EII tiene unas amplias líneas de tratamiento. En la primera línea de tratamiento que corresponde a fármacos como la mesalazina o la sulfasalazina, no van a representar un riesgo importante a nivel oral, sin embargo, otros fármacos como los corticoides, usados durante largos periodos de tiempo se relacionan con la aparición de infecciones oportunistas como la candidiasis oral. Por otro lado, la aparición de las terapias biológicas, principalmente, los fármacos anti-TNF, como el adalilumab (Humira) o el infliximab (Remicade), han supuesto un gran avance en el tratamiento de la EII, pero es importante que los pacientes mantengan una correcta higiene bucodental, ya que procedimientos como la colocación de implantes dentales o la extracción de un diente, pueden complicarse, ya que aunque aún no existen datos concluyentes, algunos fármacos similares a estos (anticuerpos monoclonales), se relacionan con problemas de cicatrización ósea en los huesos maxilares. Además de estas manifestaciones bucales, existen muchas otras que se relacionan con la EII, por lo que es importante que las personas que padezcan ya sea la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, visiten a su odontólogo de vez en cuando para ayudar a controlar y prevenir estas manifestaciones de la enfermedad.
Esperamos que os haya sido de utilidad y como siempre os animamos a dejarnos vuestros comentarios, preguntas y/o sugerencias. Y no os perdáis las preguntas frecuentes que el Dr. Peña Cardelles nos dejó respondidas en la web, para ir directos podéis pinchar en este enlace de arriba y si tenéis nuevas o diferentes cuestiones intentaremos trasladárselas.
En muchas ocasiones todos usamos términos como si fueran sinónimos, no siéndolos realmente. Este es el caso de Nutrición y alimentación. Así que hoy desde esta entrada me he propuesto clarificar éste y algún otro concepto que nos ayudarán a diferenciar estos términos y además a conocer un poco más como funciona nuestro cuerpo. Cosas que aprendemos de niños pero que poco a poco olvidamos.
Es importante entender cómo responde el cuerpo si no le aportamos los suficientes nutrientes o cómo puede verse afectado nuestro organismo, ante enfermedades como sucede en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Por ejemplo si se parte de situaciones de carencia nutricional o si en situación de brote o agudización de los síntomas recurrimos a alimentos menos adecuados en esos momentos.
Te recomendamos además de leer este artículo visites la sección de preguntas frecuentes donde encontrarás respuesta a temas muy preguntados en las consultas como, ¿por qué se desnutren los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal?, además puedes encontrar en esta web el video íntegro con la presentación de nutrición que Elisa Escorihuela ofreció en la Jornada para pacientes que realizamos.
Definición de alimentación y nutrición
Para conocer y comprender bien ambos conceptos, lo haré partiendo de sus diferencias, este punto me ayudó mucho aprenderlo así durante mis estudios, para saber rápidamente a saber usar uno u otro concepto a la hora de hablar de ellos.
ALIMENTACIÓN: es un proceso CONSCIENTE Y VOLUNTARIO, por tanto SE PUEDE MODIFICAR Y CAMBIAR PARA MEJORAR si modificamos nuestros HÁBITOS ALIMENTARIOS
NUTRICIÓN: es un proceso INVOLUNTARIO y AUTOMÁTICO de cómo nuestro organismo obtiene los nutrientes que necesita para sus procesos metabólicos y así desarrollar todas las actividades que le son propias y vitales.Dicho de otro modo consiste es el proceso biológico en el que los organismos asimilan los alimentos y los líquidos necesarios para el funcionamiento, el crecimiento y el mantenimiento de sus funciones vitales. Mediante los procesos de digestión, absorción, utilización, eliminación.
Por tanto como se deduce de esta explicación aunque no podemos intervenir de forma directa en cómo nuestro cuerpo se nutre, si tenemos de la decisión y el poder de elección sobre que los alimentos que ingeriremos y de los que se obtendrá esos nutrientes que necesitamos. En la nutrición solo podemos influir a través de la alimentación. Necesitamos educar la alimentación para influir en la nutrición.
También nos podemos referir a la nutrición cómo ciencia, que estudia todos los procesos bioquímicos y fisiológicos que suceden en el organismo para la asimilación del alimento y su transformación en energía y diversas sustancias. Una ciencia íntimamente relacionada con ellas es la Dietética, ésta se ocupa de evaluar la idoneidad de las dietas, formular recomendaciones para mejorarlas, modificarlas con fines terapéuticos, etc.
Nutrientes
Los alimentosaportan sustancias que denominamos nutrientes, que necesitamos para el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades.
Existen cinco grupos principales de nutrientes: Proteínas, Hidratos de carbono, Grasas, Vitaminas y Minerales, y comprenden unas 50 sustancias, de los que se consideran nutrientes esenciales (deben ser aportados externamente), 8 aminoácidos, 2 ácidos grasos, 20 minerales y 13 vitaminas. Es posible que en algunos escritos no encontréis como tal categoría al agua, pero dada la elevada composición de nuestro organismo en este elemento y que resulta esencial para el mantenimiento de la vida, es y debe tratarse como tal.
El cuerpo humano los necesita para llevar a cabo distintas funciones, que podríamos agrupar de forma muy general en:
– Cubrir las necesidades energéticas – Formar y mantener las estructuras corporales – Regular los procesos metabólicos – Prevenir enfermedades relacionadas con la nutrición
Aprendiendo más…
No me gustaría finalizar esta entrada sin antes compartir con vosotros este artículo de un autor relevante en la materia, es del científico español Francisco Grande Covián (médico e investigador español). Su trabajo principal fue en el área de nutrición y bioquímica, siendo fundador y primer presidente de la Sociedad Española de Nutrición. Figuró entre los expertos en nutrición más importantes del mundo, relata en una breve historia hitos importantes de esta joven ciencia, y proporciona las claves para entender la importancia de una buena alimentación.
Dí con este artículo un día mientras buscaba documentación para elaborar material acerca de este tema. Y lo comparto aquí con vosotros por varios motivos. El principal porque aún sabiendo ya del tema, me resultó interesante leerlo y creo lo expone de una forma clara y amena. Y lo segundo es que me encanta la facilidad que las nuevas tecnologías nos ofrecen recursos para saber y ampliar nuestros conocimientos, resultando realmente sencillo acceder a un recurso periodístico publicado en la edición impresa del Miércoles, 8 de junio de 1983, del Diario El País y hoy recuperado digitalmente con un simple click.
Os animo a leerlo y que me digáis que os ha parecido. Saludos!!
Buenas soy Diana Muñoz, actualmente enfermera la Unidad De enfermedad Inflamatoria Intestinal del Hospital La Fe ( Valencia). Este espacio nace el 20 de mayo de 2017 con el objetivo fundamental de abrir nuevas vías de información y comunicación con nuestros usuarios/pacientes, otros profesionales sanitarios y todos aquellos interesados por la Enfermedad Inflamatoria Intestinal. A partir de dicha fecha soy la responsable redacción, revisión y gestión de contenidos del espacio web (así como de las redes sociales en las que estamos presentes).
Deseo que os gusten los contenidos de la página y cómo nunca hay que dejar de aprender, que sepáis que estoy abierta a sugerencias, opiniones y demás aportaciones.
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