Vacunas y Eii

Nos encontramos en otoño, y ya ha arrancado la campaña anual de vacunación de la gripe, y en este año que está resultando especial para casi todo, no podemos aislar la importancia de la vacunación antigripal en un contexto COVID-19.

Cierto es que todo el foco mediático está centrado en la búsqueda de una vacuna efectiva y segura contra el coronavirus, y aunque muy a nuestro pesar parece que en general este año sabemos más de epidemiología que nunca en la vida, que somos partícipes de cómo se divulgan en todos los medios constantemente conocimientos sobre virus, sus consecuencias y como vencerlos; es importante recordar que al menos mientras llega el momento de disponer de la ansiada vacuna, por el contrario sí disponemos de herramientas de prevención útiles que conseguimos en el pasado para vencer a otros virus y bacterias, como lo es la vacuna de la gripe.

¿Que es la gripe?

La gripe es una infección causada por el virus influenza, caracterizada por un inicio súbito de fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, y cansancio extremo. Pero además debemos ser conscientes que la gripe es un importante problema de salud por la carga de enfermedad y muertes que produce, ya que para algunas personas puede ser muy grave. Sin embargo, para la gripe existe una vacuna segura y eficaz que tiene un alto impacto en evitar complicaciones y salvar vidas. En la temporada 2019-2020 la vacunación evitó el 26% de las hospitalizaciones, el 40% de los ingresos en UCI y el 37% de las defunciones atribuibles a la gripe en las personas de 65 años de edad y mayores.

LA ENFERMEDAD


Existen tres tipos de virus de la gripe: A, B y C; los dos primeros son los causantes de la mayoría de los casos.

El virus de la gripe de tipo A presenta gran variabilidad genética y se clasifica en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus: la hemaglutinina y la neuraminidasa. Los animales, como las aves salvajes migratorias, pueden actuar como reservorio de los virus gripales de tipo A. En la actualidad circulan entre los humanos virus de los subtipos A (H1N1) y A (H3N2), y los linajes de virus B: Victoria y Yamagata.

Se trata pues de una enfermedad infecciosa respiratoria causada por un virus cuya máxima incidencia se observa en otoño e invierno

EPIDEMIOLOGÍA


En el pasado siglo ocurrieron tres pandemias de gripe, es decir, infección de gripe simultánea en diferentes países, causadas por un nuevo virus frente al que los humanos no tenían ninguna protección: en 1918, en 1957 y en 1968. La primera pandemia de gripe de este siglo la declaró la Organización Mundial de la Salud (OMS) en junio 2009 y fue causada por el virus de la gripe A (H1N1). Los virus del tipo B no tienen potencial pandémico, aunque sí epidémico.

La gripe estacional es una enfermedad contagiosa (se transmite fácilmente de una persona a otra), con un periodo de incubación de entre 1 y 3 días. La transmisión es por vía aérea, por gotas o por contacto directo con personas infectadas.

SÍNTOMAS


Los síntomas incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, y cansancio extremo. Se puede acompañar de tos seca, dolor de garganta y abundante secreción nasal. Si te pones enfermo/a de gripe, debes recordar la gripe está causada por un virus, así que los antibióticos (que son fármacos que actúan frente a las bacterias) no son eficaces. No mejoran los síntomas ni aceleran la curación. Además no están exentos de efectos secundarios, y un uso inadecuado puede hacer que las bacterias se hagan resistentes a ellos. Y en el caso de los pacientes con Eii se debe recordar que no se debe realizar una toma de éstos fármacos no indicada profesionalmente, ya que muchos podrían causar síntomas como la diarrea y/o molestias digestivas.

Cuando la gripe se produce en personas sanas, suelen recuperarse en el plazo de 1 semana y sin necesidad de atención médica. No obstante, en las personas con alto riesgo, la gripe puede presentar complicaciones como bronquitis o neumonía, que pueden requerir ingreso hospitalario e incluso llevar a la muerte. Sin embargo, en algunos casos la enfermedad puede no presentar síntomas.

Este año como bien sabéis a muchas personas les resulta inquietante y genera más ansiedad no poder saber ante síntomas similares ante que tipo de enfermdad nos encontramos y aunque la recomendación general es contactar con los servicios médicos si tenemos dudas y para una correcta valoración, aquí os dejamos unas infografias que pueden eliminar algo de la confusión que se tiene incluso a la hora de distinguir un resfriado común de un episodio de gripe.

¿Cuáles son las diferencias entre los síntomas de gripe y de COVID-19?

El nuevo coronavirus y el virus de la gripe tienen presentaciones clínicas muy parecidas. Ambos comparten vías de transmisión y causan enfermedades respiratorias, con una gran variedad de síntomas, que pueden ir desde infecciones asintomáticas o con síntomas leves, hasta enfermedades graves y muertes.

Lo que varía es la proporción de pacientes con sintomatología grave, ya que en el caso del nuevo coronavirus el 80% de las infecciones causan enfermedad leve o asintomática, el 15% causan enfermedad grave, que requieren oxígeno y hospitalización, y el 5% causan síntomas críticos, que requieren ventilación e ingreso en una UCI. Estos porcentajes de enfermedad grave parecen más elevados que los observados en el caso de la infección por virus de la gripe .

La fiebre, la tos y la pérdida de olfato/gusto son síntomas comunes en la gripe y en la COVID-19, sin embargo, la fatiga, el dolor de garganta, dolor de cabeza y dolor muscular parecen producirse con menos frecuencia en la COVID-19 que en la gripe. La dificultad respiratoria también parece ser más frecuente en la COVID-19.

Además, si una persona está vacunada de gripe, es mucho menos probable que los síntomas sean debidos a la gripe.

No obstante, deberá ser siempre un profesional sanitario quien valore los síntomas y realice el diagnóstico diferencial.

Infografia de @boticariagarcia

Creencias erróneas sobre la vacunación

Si me pongo la vacuna me producirá la gripe

Todos/as hemos oido la frase de «uyy te vas a vacunar pues yo que nunca la cogía me vacuné y la cogí», pero de es un mito ya que se debe saber que las vacunas inactivadas actuales no contienen virus vivos, sino que están compuestas por fracciones de virus o subunidades proteicas y por tanto no pueden causar gripe. Existe una vacuna atenuada (de virus vivos debilitados) que se encuentra autorizada en España, pero que no se comercializará durante la temporada 2019-2020. Y por tanto, los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, aunque se encuentren bajo tratamiento corticoideo, inmunosupresor y/o biológico pueden administrarse con confianza la vacuna.

Si bien, al igual que con otras vacunas, tras la vacunación pueden producirse reacciones locales o más infrecuentemente fiebre, malestar y dolores corporales. Las reacciones más comunes que tienen las personas que se vacunan frente a la gripe son considerablemente menos graves que los síntomas que causa la enfermedad real, y sobre todo, que las complicaciones que puede causar en las personas más vulnerables.

Es mejor contraer la enfermedad que vacunarse frente a la gripe

La respuesta a esta cuestión sin dudarlo es no. La gripe es una enfermedad que puede ser grave, especialmente en la población mayor y personas que padecen ciertas enfermedades crónicas. La infección por gripe puede suponer que presenten complicaciones graves, como la hospitalización o la muerte sanos. Por consiguiente, para obtener protección inmunitaria, vacunarse es una opción más segura que correr el riesgo de enfermar.

Las personas inmunodeprimidas no pueden ni deben vacunarse

Esta afirmación de nuevo es falsa, ya que sí, se recomienda la vacunación en los pacientes con inmunodepresión como aquellos con inmunodeficiencias primarias o secundarias a la administración de ciertos tratamientos, con cáncer, infectadas por el virus del VIH, trasplantadas, personas sin bazo, etc. Ver las recomendaciones de vacunación en grupos de riesgo que se encuentran disponibles en:
https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/programasDeVacunacion/riesgo/home.htm

Si se confirman las previsiones es posible que este año veamos una reducción significativa de los casos de gripes, esto será debido a la protección que genera la vacunación en la población más suceptible pero también debido a las medidas de prevención y protección que se mantienen en la sociedad actualmente en la lucha actual contra la pandemia del coronavirus, por lo tanto no te olvides de ellas:

  • Taparse la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con pañuelos desechables.
  • Lavarse con frecuencia las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado.
  • Procurar no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o al limpiar las secreciones nasales.
  • Limitar el contacto, en la medida de lo posible, con otras personas si se tiene malestar, fiebre u otros síntomas de gripe para evitar contagiarlas.
  • Evitar el contacto con personas enfermas para evitar que nos contagien.

Más recursos e información sobre vacunas y EII

Esperamos que te haya resultado de interés y no te olvides que respondemos a tus preguntas en el apartado de Preguntas Frecuentes de esta web

Si te interesa ahondar más sobre la vacunación de la gripe te animamos a consultar recursos como la página de la Asociación Española de Vacunología.

No podemos acabar este artículo sin destacar uno de los recursos específicos creados por la plataforma de pacientes de GETECCU, G-Ecucainflamatoria dónde a través de varios vídeos remarcan la importancia de la vacunación para este grupo de población que por su características de cronicidad y sus tratamientos los convierte en población suceptible y subsidaria de la vacunación anual.

Además del video «Resolviendo todas mis dudas sobre la vacunación« del Dr Javier Paz. Medicina Preventiva. C.H.U de Pontevedra, donde se resuelven dudas generales sobre vacunación,


Fuentes bibliográficas: