Un nuevo artículo de Beatriz Gros, del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, y Gilaad G Kaplan, de la Universidad de Calgary de Canadá, analiza la colitis ulcerosa, sus síntomas y afecciones asociadas, diagnóstico, tratamiento y seguimiento y gestión.
La colitis ulcerosa (CU) es una enfermedad inflamatoria crónica del colon. Puede afectar a personas de cualquier edad, pero se diagnostica con mayor frecuencia en personas de entre 20 y 40 años.
Síntomas y afecciones asociadas a la colitis ulcerosa
La mayoría de los pacientes con colitis ulcerosa presentan episodios de hemorragia rectal, diarrea y/o aumento de la frecuencia de las deposiciones más de 3 veces al día, urgencia intestinal, incontinencia fecal y dolor abdominal tipo cólico. Algunas personas experimentan fatiga, fiebre, deshidratación y pérdida de peso. Aproximadamente una cuarta parte de los pacientes con CU presentan síntomas ajenos al tracto intestinal, como artritis, inflamación de los conductos biliares o inflamación ocular.
Los pacientes con CU manifiestan una menor calidad de vida debido a los síntomas de diarrea y hemorragia rectal y presentan mayor depresión, ansiedad, trastornos del sueño y disfunción sexual en comparación con la población general.
El riesgo de cáncer de colon en pacientes con colitis ulcerosa es del 4,5% a los 20 años del diagnóstico, es decir, 1,7 veces más que en la población general.
¿Cómo se diagnostica la colitis ulcerosa?
El diagnóstico de la colitis ulcerosa se realiza basándose en síntomas gastrointestinales, análisis de sangre y heces, y procedimientos después de descartar otras causas (infección, bajo flujo sanguíneo, ciertos medicamentos).
- Los análisis de sangre en pacientes con CU más grave suelen revelar anemia, un recuento elevado de leucocitos y marcadores inflamatorios elevados.
- Los análisis de heces en pacientes con CU suelen revelar un nivel elevado de calprotectina, una proteína asociada a la inflamación intestinal.
- La colonoscopia (un tubo flexible utilizado para examinar el interior del colon) puede revelar inflamación, erosiones, úlceras y hemorragias.
- La biopsia de tejido de las zonas inflamadas del colon suele mostrar cambios inflamatorios crónicos.
¿Cómo se trata la colitis ulcerosa?
Las opciones de tratamiento de la colitis ulcerosa dependen de la gravedad de la enfermedad y de las zonas del colon afectadas.
- La CU de leve a moderada limitada al recto y al colon inferior suele tratarse con ácido 5-aminosalicílico (5-ASA) tópico, como la mesalamina, en forma de supositorio rectal o enema.
- La CU de leve a moderada que se extiende más allá del recto hasta el colon inferior suele tratarse con 5-ASA oral y tópico.
- Pueden prescribirse corticosteroides orales (budesonida o prednisona) a los pacientes cuyos síntomas no mejoran con 5-ASA oral y tópico.
- En los pacientes hospitalizados por un brote grave de CU pueden administrarse ciclos cortos de corticosteroides intravenosos.
- A los pacientes con CU de moderada a grave pueden recetárseles anticuerpos monoclonales biológicos y fármacos orales de moléculas pequeñas.
La cirugía para extirpar parte o la totalidad del colon puede realizarse cuando la colitis ulcerosa grave no ha mejorado con el tratamiento médico máximo, o por complicaciones (hemorragia grave; agrandamiento masivo o perforación del intestino) o prevención (extirpación de pólipos colónicos precancerosos) o tratamiento del cáncer colorrectal.
Seguimiento y gestión
Los pacientes deben ser vigilados estrechamente para prevenir o reducir los brotes de colitis ulcerosa. Debe realizarse una colonoscopia para detectar el cáncer colorrectal cada 1 a 5 años, en función de los factores de riesgo individuales.
El artículo original completo puede encontrarse en doi:10.1001/jama.2023.15389. Para más información se puede consultar la web del National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. Asimismo, también se pueden encontrar otros artículos sobre este tema en nuestra propia web.